El brutal asesinato del YouTuber Agustín Paul, de 22 años, conocido como “El Pinky”, causó conmoción en todo México y más allá. Paul, cuyos videos de comedia virales y desafíos le han valido un gran número de seguidores, fue encontrado muerto el 10 de enero de 2025 en Culiacán, una ciudad conocida por la violencia de las pandillas. Su cuerpo fue encontrado con claros signos de tortura, atado y con una herida mortal de bala en la cabeza.
Las autoridades creen que Paul fue víctima del cartel de Sinaloa, específicamente de una facción liderada por Los Chapitos, hijos del famoso narcotraficante Joaquín «El Chapo» Guzmán. Este trágico acontecimiento pone de relieve los riesgos que enfrentan las personas poderosas en zonas controladas por los cárteles.
Un horrendo asesinato en Culiacán
El asesinato de Paul, que tenía más de 97.000 suscriptores en su canal de YouTube El público en general de Barrancos.se trata como un delito premeditado. Unas horas antes de su muerte, se esparcieron folletos por todo Culiacán acusándolo de colaborar con La Maisa, una pandilla rival de Los Chapitos. Las publicaciones también hacían referencia a otras figuras públicas, incluido el músico Biso Pluma y su colega YouTuber Marketus Toez, lo que genera preocupación sobre amenazas más amplias a las personas influyentes en las redes sociales en la región.
El espantoso asesinato fue publicitado aún más por un video filtrado que muestra a Paul atado y visiblemente herido mientras era interrogado por presuntos miembros del cártel. La policía sospecha que el vídeo fue publicado deliberadamente para servir de advertencia a otros.
¿Quién era Pinky?
Agustín Paul, originario de Culiacán, ganó fama por su contenido alegre, incluidos desafíos de TikTok y sketches cómicos, que resonaron entre una audiencia joven. A pesar de su popularidad en línea, el asesinato de Paul generó dudas sobre si su fama en línea o sus presuntos vínculos con grupos rivales lo convertían en un objetivo.
La muerte de Paul es parte de una tendencia preocupante en la que los poderosos mexicanos enfrentan consecuencias mortales en medio de guerras de pandillas. Según los informes, el asesinato de Paul pone de relieve la creciente intersección entre las redes sociales y el crimen organizado, con personas influyentes a menudo atrapadas en el fuego cruzado.
Una ola de violencia contra influencers
Paul no es la primera personalidad de las redes sociales atacada en México. En los últimos meses se ha producido una serie de asesinatos que involucran a personas influyentes en línea.
- En octubre de 2024, Juan Carlos, conocido como «El Chilango», radicado en Culiacán, fue asesinado a tiros mientras filmaba un video. Las autoridades vincularon su asesinato con la actividad de los cárteles.
- En noviembre de 2024, Miguel Vivanco García, conocido como “Jasper”, fue secuestrado en su casa y luego encontrado muerto, con el cuerpo acribillado con 70 balazos.
- En diciembre de 2024, el comediante Levardo Aispuro Soto, conocido como «El Gordo Peruci», fue asesinado a tiros afuera de su casa poco después de que se revelara que estaba bajo vigilancia.
Estos asesinatos reflejan la creciente influencia de las pandillas en regiones como Sinaloa, donde las disputas territoriales y las luchas de poder continúan alimentando la violencia. Las personas influyentes, especialmente aquellas con un gran número de seguidores, parecen ser vistas como amenazas o herramientas potenciales en estos conflictos.
Una ciudad bajo control de los cárteles
Culiacán, la capital del estado de Sinaloa, sigue siendo un foco de actividad de los cárteles. Como bastión del Cartel de Sinaloa, se le ha asociado durante mucho tiempo con la violencia, la corrupción y la impunidad. A pesar de las medidas represivas del gobierno, que incluyen arrestos de alto perfil y confiscaciones de activos, las pandillas todavía ejercen un poder significativo.
El cartel de Sinaloa, una vez dirigido por El Chapo, se dividió en facciones como Los Chapitos y La Maesa. Estas rivalidades no han hecho más que exacerbar la violencia en la región, ya que asesinatos de alto perfil como el de Paul se han vuelto sorprendentemente comunes.